Algunos tratados sobre la Teoría de la Relatividad explican el relato de los “Hermanos Gemelos” diciendo lo siguiente: “En dos hermanos gemelos uno de ellos es astronauta. El astronauta parte hacia un vuelo sideral en el que alcanza una velocidad próxima a la de la luz. Al regresar a la Tierra encuentra que su hermano gemelo ha envejecido mucho más que él.”
La siguiente figura pretende representar esta circunstancia:
Figura
1
El dibujo representa el inicio del viaje, el viaje, y el regreso. En esta tercera fase se representa mas viejo el hermano que ha quedado en la Tierra. En los citados libros a este disparate le llaman “la paradoja de los hermanos gemelos”
Buscando la
definición de paradoja, hemos encontrado como definición: “Hecho o dicho
aparentemente contrario a la lógica”. Es curioso que, atendiendo al significado
de esta palabra, todavía se atrevan a mantener argumentos de ciencia ficción
que pretenden validar tal paradoja, protegiendo así la falsa teoría de la
dilatación del tiempo. A continuación,
explicamos el motivo de tal atropello a la lógica.
GENESIS
DEL DISPARATE
En el libro
de A. Einstein titulado: “Sobre la teoría de la relatividad especial y general”,
cita a un vagón de tren que circula con velocidad uniforme y rectilínea y, a
continuación, hace la siguiente declaración:
“el
tiempo que necesita un proceso con relación al vagón, no cabe igualarlo a la
duración del mismo proceso juzgado
desde el cuerpo de referencia del terraplén”
Esta
afirmación genera la falacia de la dilatación del tiempo y los demás disparates
que vemos escritos sobre la Teoría de la Relatividad.
En esta
afirmación encontramos tres errores:
Un
error de lógica en la afirmación que aparece en el citado libro
Una contradicción
entre dos afirmaciones que aparecen en su mismo citado libro
Una
interpretación errónea en diferentes tratados sobre el tema de la referida teoría,
para intentar validar un disparate.
A continuación,
describimos brevemente estos errores.
UN ERROR
DE LOGICA:
En la
citada afirmación emplea la palabra PROCESO.
Nosotros
entendemos y definimos como un proceso a:
“La
ocurrencia de dos o más Eventos ligados entre sí y guardando una determinada
secuencia en su realización y que exige un determinado tiempo de ejecución”
Al
mencionar en la referida afirmación “el tiempo que precisa un proceso”, este
tiempo es INHERENTE al proceso. Servirá para identificarlo y le llamaremos
Tiempo Propio del Proceso (tp). Y no puede tener otro al
contemplarlo desde fuera del vagón de tren. O desde diferentes situaciones del
espacio sideral.
Dos
Tiempos Propios diferentes implican dos Procesos diferentes
Un PROCSO
no se transforma por el solo hecho de contemplarlo desde fuera del vagón
UNA CONTRADICCION
ENTRE DOS AFIRMACIONES QUE APARECEN EN EL CITADO LIBRO
En la afirmación
que hemos transcrito del citado libro, “el tiempo que necesita un proceso
con relación al vagón, no…,”, aparece una contradicción
Esta
afirmación se ha pretendido expresarla en algunos libros mediante el siguiente
dibujo:
Figura 2
En
este dibujo figura uno de los PROCESOS,
del que habla la referida afirmación. Se trata del seguido por un rayo
de luz emitido dentro del vagón. Este rayo se refleja en un espejo situado en
el techo del mismo. De aquí deducen que el tiempo que emplea el rayo en ir
hacia el espejo, reflejarse en el mismo y volver al punto de partida en donde
esta la persona que lo ha disparado, será diferente para esta persona de la que
está situada fija en el terraplén del tren.
Pero…
en otra parte del libro dice:
“Si un
(SRM) se mueve respecto a un (SRF) entonces los fenómenos naturales transcurren
respecto al (SRM) según idénticas leyes generales que con respecto al (SRF).”
¿En qué
quedamos?... Esta afirmación está en
contra a la otra afirmación que dice:
“el
tiempo que necesita un proceso con relación al vagón, no…”.
Si
consideramos a la persona que esta fija en el suelo del terraplén somo el
Sistema de Referencia Fijo (SRF) y el PROCESO se desarrolla en el entorno de un
Sistema de Referencia Móvil (SRM)… “entonces
los fenómenos naturales transcurren respecto al (SRM) según idénticas leyes
generales que con respecto al (SRF).”
Y por lo tanto,
el observador externo al vagón no tendría que experimentar ninguna diferencia
al fenómeno que ocurre en el interior del vagón. Esta es la contradicción que
anunciamos.
UNA
INTERPRETACION ERRONEA PARA INTENTAR VALIDAR UN DISPARATE.
Para mejorar la interpretación de lo que
queremos explicar, nosotros proponemos utilizar otro dibujo. Al
igual que el anterior dibujo, la Figura 3 significa la marcha del vagón de tren
dentro del cual se dispara un rayo de luz que se refleja en un espejo situado
en el techo del vagón.
El tiempo de ida y vuelta del rayo de luz
es su Tiempo Propio (tp) En cada posición de avance del vagón se
representa la dirección del rayo. con este dibujo quizás veamos claramente que
el rayo de luz se esta moviendo en la misma vertical de la persona que lo lanza
y que tiene su Tiempo Propio (tp) inherente a este fenómeno.
Es un absurdo argumentar que, como la persona que está fuera
del vagón, fija en el suelo, se le ha alargado la finalización de la reflexión
del rayo de Luz, el tiempo se ha dilatado.
Desde fuera del vagón: Se alarga la VISION
de la imagen del fenómeno. No el Tiempo Propio (tp) del fenómeno
Aplicando
esta conclusión a la “paradoja de los hermanos gemelos” podemos decir:
Si
suponemos que la persona que desde dentro del vagón de tren y que lanza el rayo
es el hermano gemelo astronauta, podemos afirmar que tanto el Proceso de
Reflexión del rayo como el proceso biológico de la citada persona, tienen su
Tiempo Propio (tp) invariable respecto a la observación desde la
Tierra.
(NOTA:
en los tratados sobre el tema que nos ocupa presentan una relación entre el
Tiempo de Desplazamiento del rayo(td) y el Tiempo Propio (tp)
del fenómeno de reflexión. Esta relación es la siguiente:
En la que a la expresión:
se le conoce como el “Factor de Lorentz”, y
en la que (c) es la velocidad de la luz. (El calculo de esta relación el lector
la puede encontrar descrita en uno de nuestros ensayos)
Como
los citados libros plantean que el (td) es el tiempo que tarda el
hombre situado al exterior del vagón de tren en ver el final del Proceso de
reflexión del rayo y , el (tp) es el Tiempo Propio que es el que ve
el hombre que está dentro del vagón y, como el Factor de Lorentz tiene un valor
mayor que uno, llegan a la peregrina
conclusión que el tiempo se dilata ya que: (td) > (tp).
repetimos
que desde fuera del vagón VEMOS el alargamiento del final del fenómeno debido
al desplazamiento del vagón. Este alargamiento se debe al Tiempo de Desplazamiento
(td))
UNA
TERCERA MIRADA
A
diferencia de los experimentos físicos, los llamados experimentos mentales en
su planteamiento algunas veces se apartan demasiado de la realidad y del
razonamiento lógico. Podríamos aplicar esta afirmación al experimento mental
del vagón de tren que anteriormente hemos expuesto, y otro experimento que A. Einstein
utiliza en su ya referido libro. Se trata del experimento mental que propone para
que aceptemos como valido el “Principio de Equivalencia”. Es otra falacia de la
que ya hemos hablado en otros de nuestros ensayos. Con el solo propósito de detenernos a hacer
una breve reflexión sobre este tema, hemos pretendido visualizar con un dibujo
lo que ocurre en estos experimentos mentales. A tal dibujo lo hemos bautizado
como “el tercer ojo”
Figura 4
Este
dibujo pretende sugerir lo siguiente. Somos nosotros que estamos juzgando lo
que podría ocurrir en el Experimento Mental que plantea la falacia de la
dilatación del tiempo y, por asimilación, la paradoja de los hermanos gemelos.
Es
nuestro ojo el que visualiza y analiza la situación. Se trata de una
observación ajena a la mirada e interpretación de los dos agentes actuantes. O sea,
el hombre que va montado en el tren y el hombre que está quieto en el terraplén
y contempla el transcurso del rayo de luz. Nuestro ojo, el Tercer ojo, verá que el
hombre quieto en el suelo VE que al astronauta se le alarga el Proceso. Ve
que el Proceso va más lento. Pero
nosotros razonamos que no es que para el astronauta le corra la vida más
despacio, sino que va montado en un vehículo que transporta los fenómenos
físicos: el fenómeno de la reflexión de un rayo de luz o el fenómeno biológico
de la persona que lanza el rayo. Y esto no modifica para nada el Tiempo Propio
(tp) de sus Procesos.
LA
DIFERENCIA DE TIEMPO ENTRE LOS RELOJES MOVILES
En
este párrafo denunciamos la falacia de la prueba de los relojes móviles. Esta falacia pretende justificar el disparate
de la “dilatación del tiempo”.
Sus
promotores dicen que un reloj móvil respecto a otro fijo, y desplazándose este
reloj móvil a una velocidad cercana a la de la luz, el tiempo señalado por este
reloj se dilata. Están hablando de unidades infinitesimales y casi
inapreciables. Estos publicistas de tal falacia justifican esta diferencia de tiempo hablando
de un experimento de dudosa autenticidad y
comprobación, realizada con relojes atómicos, sin ninguna garantía de
autenticidad. Criticamos este argumento utilizando
nuevamente la lógica
La
siguiente figura representa el vagón de tren del que antes mencionamos, pero
que ahora no planteamos el lanzamiento de un rayo de luz. En su interior ahora
contiene un reloj de péndula.
Figura 5
La
persona que esta fija en el suelo dispone de un reloj que controla el paso del
tiempo. Este reloj fijo se tomará como referencia de tiempos.
El
reloj de péndulo oscila de izquierda a derecha y viceversa. Nos preguntamos:
¿podemos decir que el tiempo dentro del vagón se ha dilatado porque el
observador fijo tarda un mayor tiempo en VER la oscilación que realiza
el péndulo desde la izquierda hasta la derecha?... Es evidente que esta
tardanza en llegar a realizar tal oscilación se debe a que al observador fijo
se le está desplazando la visión de la meta de llegada. ¡Nada del disparate de
la “dilatación del tiempo¡
Podría
surgir la duda de que hemos expuesto este experimento mental en el que implícitamente
hemos supuesto que el péndulo podía oscilar gracias a la gravedad. El lector ya
entenderá que este mismo planteamiento podemos hacerlo en el espacio sideral,
utilizando un reloj mecánico.
Creemos que con el anterior razonamiento la
“paradoja de los hermanos gemelos” la hemos declarado como una falacia.
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