En este ensayo presentamos un grupo de ideas críticas a los experimentos mentales que A. Einstein utiliza en su libro titulado: “Sobre la teoría de la relatividad especial y general”. Con estos experimentos mentales pretende validar sus teorías. Esta agrupación de ideas nos permite ver que una falacia que criticamos en un experimento mental genera otra falacia que criticamos en otro experimento mental. Estos errores son tan obvios que se nos ha sugerido utilizar la palabra “engaño” para dar título al presente estudio.
En el presente estudio solo analizaremos la teoría de la relatividad especial. Dejamos para una segunda entrega la crítica de la teoría de la relatividad general.
Hemos publicado un libro en inglés que agrupará los ensayos publicados en el Blog del autor del presente ensayo y que titulamos como: “Errores y falacias de A. Einstein en sus teorías de la relatividad”.
Las transcripciones que hagamos del libro citado irán escritas entre comillas y en cursiva.
1.- UN ERROR GENERAL EN TODOS LOS EXPERIMENTOS MENTALES PROPUESTOS POR A. EINSTEIN
En todos nuestros ensayos hemos expuesto el mismo error cometido en los experimentos mentales propuestos por A. Einstein.
El error consiste en considerar que el fenómeno natural ES diferente en lugar de considerar que SE VE diferente cuando se le somete a una velocidad relativa respecto a un punto de referencia.
Veremos que este error es tan grave que no sólo intenta cambiar la apariencia de un fenómeno físico, sino que el citado Físico dice que transforma un “proceso”. O sea, la genética del mismo.
2.- UN ERROR DE A. EINSTEIN EN LA INTERPRETACIÓN DE LAS FÓRMULAS DE TRANSFORMACIÓN DE LORENTZ
En el libro de referencia, el citado Físico da una interpretación falsa de las Fórmulas de Transformación de Lorentz. Lo cual desacredita toda su teoría. Damos un breve resumen de este error, que el lector puede encontrar ampliado en nuestro mencionado libro.
A. Einstein, en su error de confundir el verbo VER con el verbo SER, interpreta las Fórmulas de Transformación de Lorentz como una forma de saber cómo las variables de un suceso han cambiado de valor debido al MOVIMIENTO relativo del observador del suceso respecto de este suceso. De esta forma, puede incluirlo en su teoría y parece que los sucesos cambian, es decir, SON debidos al movimiento relativo.
Analizando estas fórmulas, en realidad sirven para calcular cómo se transforma la VISIÓN de un suceso, observado desde una plataforma móvil respecto de este suceso. Las variables del suceso no se transforman por el movimiento entre los dos sistemas de referencia, sino que se VEN transformadas por la disminución del campo visual debido a la distancia (suceso-observador).
Podemos afirmar nuestra tesis diciendo que A. Einstein, en su libro que tomamos como referencia, aplica precisamente las fórmulas referidas cuando expone el experimento mental de la barra de medición puesta en movimiento sobre un vagón de tren. Experimento mental que comentamos a continuación.
3.-EL ENGAÑO DE LA BARRA MEDIDORA DE LONGITUDES
Comenzamos ahora el tema de los experimentos mentales de “engaño” propuestos por A. Einstein en su referido libro. Se trata del tema del “acortamiento de la barra medidora de longitudes”. Veremos que es una falacia que genera otra falacia. En el libro citado, hablando de una regla rígida para medir longitudes colocada encima de un vagón de tren en movimiento, dice lo siguiente:
“La regla rígida en movimiento es más corta que la misma regla cuando está en reposo. Y es más corta cuanto más rápido se mueve.”
Decimos que la barra NO ES más corta, sino que la VEMOS más corta. Cuanto más rápido pase el tren por delante del observador, más corta será. Creemos que este razonamiento es correcto.
La siguiente figura representa tres posiciones en el avance de un vagón de tren que tiene en su interior una barra para medir longitudes cuya longitud es igual a la del vagón.
Los extremos de la barra se han indicado como: Inicio (I) y Fin (F)
Un observador fijo en el suelo, Sistema de Referencia Fijo (SRF), ve pasar por delante de él, el citado vagón que contiene la barra para medir longitudes.
En este paso del vagón por delante del observador, podemos ver en el dibujo que: En la primera situación del vagón, el observador VERÁ el extremo final (F) de la barra. En la segunda situación del vagón, el observador VERÁ la parte media de la barra y en la tercera situación, el observador VERÁ el extremo final (F) de la barra.
Si el vagón que contiene la vara de medir pasa muy rápido por delante del observador, éste estimará que el triángulo de VISIÓN de la vara es muy corto. Pero el lector ya puede juzgar que aquí no se produce encogimiento alguno de la vara.
4.- LA DEFORMACIÓN DEL ESPACIO - UNA FALACIA QUE HA SIDO GENERADA POR OTRA FALACIA
Partiendo del error de considerar el acortamiento de la vara de medir longitudes debido a una velocidad relativa a un sistema de referencia, a partir de esta falacia, en un mundo ideal, podemos proponer otra falacia. La deformación del espacio. Creemos que un razonamiento ideal en un mundo de fantasía, que podría utilizar A. Einstein sería el siguiente:
Tomando la varilla como patrón de medida. Considerando longitud (L) de la varilla equivalente al pedazo de espacio que ocupa, y si volvemos a tomar esta misma varilla ya encogida como unidad de medida, por su equivalencia con el espacio diremos erróneamente que el espacio se ha “encogido”. Se ha deformado.
Seguidamente veremos que A. Einstein utiliza la falacia de la deformación del espacio para justificar el acercamiento mutuo entre dos masas, en vez de atribuirlo a la fuerza de la gravedad.
5.- UNA HIPÓTESIS ERRÓNEA DERIVADA DE LA FALACIA DE LA DEFORMACIÓN DEL ESPACIO
Discutiremos ahora el error de asignar el acercamiento mutuo entre dos masas a una deformación del espacio, en lugar de atribuirlo a la fuerza de tracción de la gravedad.
Enlazando con la falacia de la vara de medir de longitudes, vemos la falacia de la deformación del espacio como autora de la interacción entre dos masas.
El lector encontrará este tema en nuestro Blog o en nuestro libro que dimos como referencia. Transcribimos de estos escritos un trozo de este tema:
LA TESIS DE A. EINSTEIN
Sobre la “deformación del espacio” hemos leído lo siguiente:
“A. Einstein decía, negando a Newton, que la gravedad no era una fuerza que atrajera las cosas, sino que las cosas no se mueven cuando son atraídas por algo, sino cuando son empujadas, y con esto quería decir que si algo cae sobre otra cosa no es porque la atraiga sino porque esa cosa curva el espacio como un remolino en una bañera”.
El escrito continúa diciendo lo siguiente:
“En el universo de Einstein”, continúa el investigador, “el espacio y el tiempo están deformados por la gravedad. La Tierra distorsiona muy levemente el espacio que la rodea a causa de su gravedad”.
La siguiente figura es la que encontramos en algunos tratados sobre este tema:
Obsérvese que el historiador cuyo escrito hemos transcrito comienza diciendo: “A. Einstein dijo, negando a Newton…”
Con nuestras críticas tratamos de validar a Isaac Newton.
6.- DOS EXPERIMENTOS MENTALES CONTRA LA FALACIA DE LA DEFORMACIÓN DEL ESPACIO
En números anteriores hemos investigado el origen de la falacia de la deformación del espacio. En este número hemos ideado dos experimentos mentales para demostrar la imposibilidad de que tal falacia se cumpla.
En el primer experimento mental colocamos una masa justo encima de la Tierra. Tocando la Tierra. Como no hay espacio que deformar entre la masa y la Tierra razonamos el absurdo de que no hay atracción entre ellas. Podemos levantar la masa sin esfuerzo.
Esta conclusión incorrecta es la que invalida la idea de la deformación del espacio. La siguiente figura trata de representar esta circunstancia.
En el segundo experimento mental colocamos dos masas de tamaño muy diferente y a la misma distancia de la Tierra (d1) = (d2), y razonamos el absurdo de que como las dos masas tienen la misma distancia de ellas a la Tierra, la fuerza de atracción que la Tierra ejerce sobre ellas es la misma.
En el mismo experimento demostramos matemáticamente este absurdo
(NOTA: Aclaramos también al lector una duda que puede surgir. Recordemos que la aceleración que adquieren las dos masas en su caída libre es la misma. Precisamente porque en esta aceleración intervienen la “masa” de cada una de ellas y la “fuerza” a la que están sometidos los cuerpos).
7.- LA FALACIA DE LA RELATIVIDAD DE LA SIMULTANEIDAD
Comentaremos otra falacia que es origen de otra falacia. Se trata del tema que expone A. Einstein en su libro y que titula: “La relatividad de la simultaneidad”. En la página 27 del libro citado, plantea la siguiente pregunta:
“…Dos eventos (por ejemplo, los dos rayos A y B) que son simultáneos con respecto al terraplén, ¿son también simultáneos con respecto al tren?... Pronto demostraremos que la respuesta tiene que ser negativa…”
Y continúa diciendo:
“…Cuando decimos que los rayos (A) y (B) son simultáneos con respecto a las vías, queremos decir que los rayos de luz que salen de los lugares (A) y (B) se encuentran en el punto medio (M) del tramo de vía (A)-(B). Ahora bien, los eventos (A) y (B) también se corresponden en los lugares (A) y (B) del tren”.
La siguiente figura intenta interpretar esta afirmación.
Interpretamos y colocamos dentro del tren a una persona a la que le llega la luz de los dos haces desde dos lados diferentes. La luz del haz derecho le llega por este lado antes que la que le llega por el lado izquierdo, porque el tren se mueve en esta dirección. Y, como la persona que está fija en el suelo, Sistema de Referencia Fijo (SRF), recibe la luz simultáneamente, A. Einstein dictamina que el evento de simultaneidad ES diferente en un Sistema de Referencia Móvil (SRM) que en un Sistema de Referencia Fijo (SRF). Comentaremos más adelante que esta conclusión es una falacia.
8.- ERROR DE A. EINSTEIN EN EL EXPERIMENTO MENTAL DE LA RELATIVIDAD DE LA SIMULTANEIDAD
Para detectar el error que comete A. Einstein en su experimento mental llamado “la relatividad de la simultaneidad”, comenzamos explicando su Primer Principio de Relatividad, que aparece en su libro:
“Si un (RMS) se mueve con respecto a un (RFS) entonces los fenómenos naturales ocurren con respecto al (RMS) según las mismas leyes generales que con respecto al (RFS)”
El error que comete A. Einstein en su experimento mental de la relatividad de la simultaneidad es considerar simultáneos los sucesos que ocurren fuera de un Sistema de Referencia Móvil.
Si un suceso simultáneo ocurre fuera de un Sistema de Referencia Móvil (RMS), como es el caso de los dos rayos, es absurdo querer aplicarle la teoría de los movimientos relativos. Esto es lo que ocurre en el experimento mental propuesto por A. Einstein. Esta “relatividad de la simultaneidad” no cumple con el Primer Principio de Relatividad que hemos expuesto.
9. CONSECUENCIAS DEL ERROR EN EL EXPERIMENTO MENTAL DE LA RELATIVIDAD DE LA SIMULTANEIDAD - EL DISPARATE DE A. EINSTEIN
El autor del citado experimento mental pretende establecer una correspondencia entre lo que ve un observador, que lo considera como Sistema de Referencia Fijo (SRF), y lo que ve un observador situado en el interior del vagón. Pero, ojo, el error está en que los fenómenos naturales, los rayos, no ocurren en el interior del vagón. No podemos considerar que se haya establecido un Sistema de Referencia Inercial. Los fenómenos naturales no viajan dentro del Sistema de Referencia Móvil (SRM).
No dándose cuenta de este error, predica lo siguiente:
“El tiempo que necesita un proceso respecto al vagón no puede equipararse a la duración del mismo proceso juzgado a partir del cuerpo de referencia del terraplén.”
Es aquí donde decimos que su afirmación es equivalente al “milagro de la transmutación”.
Ahora parece olvidar el Primer Principio de Relatividad que citó y que hemos escrito en el párrafo 8. Ahora habla de “un proceso” y no de las leyes que gobiernan los fenómenos naturales. La confusión que hace sobre el tema de la “relatividad de la simultaneidad” le hace interpretar de manera diferente la visión desde la (SRF) de los acontecimientos ocurridos en la (SRM). No dice que los procesos se VEN diferentes sino que SON diferentes.