sábado, 26 de junio de 2021

LA EXPRESIÓN E=mc2 MANIFIESTA QUE EN TIEMPOS REMOTOS OCURRIÓ UNA GRAN EXPLOSIÓN.

(Registro de la Propiedad Intelectual: B-2370-21)

 

PRESENTACIÓN

En nuestro libro titulado; “Teoría de la relatividad. Crítica de un disparate analizado en siete fascículos”, nos dedicamos a criticar las diferentes falacias que aparecen escritas en la Teoría de la Relatividad. Ahora, nos dedicaremos a investigar algunos aspectos de esta Teoría que posiblemente queden algo confusos.

Hemos dividido el presente ensayo en dos partes. La primera parte la dedicamos a exponer un camino matemático para llegar a obtener la expresión: E=mc2 . Al mismo tiempo aprovechamos para criticar algunos procedimientos de obtención de esta expresión que recurren a utilizar conceptos que son verdaderas falacias.

La segunda parte del presente ensayo la dedicamos a pretender justificar el título de este ensayo. 

Es decir: “La expresión E=mc2 manifiesta que en tiempos remotos ocurrió una gran explosión”

Este tema fue escrito por este mismo autor y publicado en la revista científica: “International of Fundamental Physical Sciencie (IJFPS)”. Creemos que la lectura de las dos partes que estamos comentando ayudará al lector a interpretar la idea que queremos transmitir.

Estas dos citadas partes del estudio las explicaremos en dos sucesivas entregas.

 

PRIMERA ENTREGA

TEORÍA DE LA RELATIVIDAD. - UN PLANTEAMIENTO INCORRECTO EN LA OBTENCIÓN DE LA FÓRMULA:
E=mc2

En este ensayo comentamos el tema de la autoría y la forma en que nosotros planteamos la obtención de la expresión: E=mc2  . En este tema denunciamos las dos siguientes confusiones.

La primera confusión la encontramos en la autoría de esta fórmula. Aunque normalmente se le atribuye al físico A. Einstein, hemos leído en alguna parte la “dudosa autenticidad” del autor de la fórmula que estamos tratando. Según cuenta el historiador matemático: Umberto Bartocci, la fórmula que relaciona la energía con la masa fue descubierta por el físico Olinto de Preto dos años antes de que A. Einstein la utilizara dentro de su Teoría de la Relatividad. En consecuencia, pudo llegar a esta conclusión sin utilizar tal teoría.

Una segunda confusión es la siguiente: En los libros de física, en la parte que dedican a explicar la “teoría de la relatividad”, hemos encontrado verdaderos absurdos al pretender justificar la “dilatación de la masa”. En estos tratados caen en la falacia de utilizar el Factor de Lorentz (L) tanto para el incremento de la masa, como con su valor inverso (1/L), para el acortamiento de longitudes. Nos preguntamos ¿podemos utilizar el valor (L) para asociarlo a medir una magnitud de volumen y su valor inverso (1/L) para asociarlo a medir una longitud? ...es un absurdo.

En nuestras anteriores aportaciones a través de Facebook, Twitter y de nuestro Blog, denunciamos la falacia de la dilatación del tiempo y de las longitudes. Allí se enseña la misión que cumple el Factor de Lorentz y como interviene en las fórmulas llamadas “Transformaciones de Lorentz” y que no tienen ninguna relación con la citada fórmula. Hemos visto que en la deducción de la fórmula E=mcalgunos autores, en uno de los pasos intermedios de su deducción, hacen intervenir su “masa relativa” aplicándole a la masa el Factor de Lorentz y… al final del proceso de deducción, en el resultado final, hacen desaparecer la expresión de tal Factor, sin dar ninguna explicación. 

Para esclarecer esta Segunda Confusión hemos dedicado el siguiente ensayo.

 

PLANTEAMIENTO QUE UTILIZAMOS PARA LA OBTENCIÓN DE LA FÓRMULA 

Nos interesa demostrar la obtención de la referida Fórmula, sin la intervención de ningún vestigio de las falacias de la dilatación del tiempo o de la masa. Es decir, desechando la Teoría de la Relatividad.

Para esto argumentamos lo siguiente:

En la referida Ecuación, se trata de demostrar que se transforma la Masa (m) en Energía (E) cuando a esta se le ha dotado de cierta velocidad. Y esta velocidad es la de la luz (c)

En el planteamiento que utilizamos dividimos el proceso en dos etapas.

PRIMERA ETAPA

En esta etapa consideramos que la Energía Cinética (Ec) que posee una partícula proviene o fue provocada por la realización de un trabajo (T) primigenio que ocurrió en tiempos remotos.

Podemos establecer la equivalencia:

Identificamos el citado trabajo realizado como:

Siendo la fuerza que actuó sobre la masa durante cierto recorrido acotado por los valores: inicial (i) y final (f), hasta que su velocidad alcanzó un valor constante. El valor de la velocidad de la luz (c).

La anterior equivalencia la podemos escribir como:

Por otra parte, la magnitud de una fuerza (F) también podemos estimarla utilizando otras unidades físicas. Podemos valorarla haciendo intervenir la aceleración (a) que le imprime a la masa (m) sobre la que en forma constante está actuando. O sea:

F = m.a

También sabemos que:

siendo (dv) el incremento de velocidad que se está alcanzando en cada diferencial (dt) del tiempo que está transcurriendo. Por lo que podemos escribir:

La expresión del Trabajo realizado lo expresamos como:

Observamos que la anterior ecuación manifiesta la variación de la “cantidad de movimiento” o “momento lineal” (mxv).

Podemos hacer el siguiente cambio en el diferencial     

Y como que: 


podemos escribir:          


SEGUNDA ETAPA

En la Primera Etapa hemos supuesto que el proceso físico se iba acelerando. Pero este proceso tiene un límite. Este límite es cuando la velocidad de la masa alcanza la velocidad de la luz (c). Por lo que entonces la anterior expresión la sustituiremos por:

Siendo (c) y (m) unos valores constantes, podemos escribir

Volviendo a la primera equivalencia que establecimos con el Trabajo, escribimos:       

Un comentario adicional es que esta Energía puede devolver el TRABAJO PRIMIGENIO al que citamos al iniciar este ensayo.

¿Alguien ha encontrado a faltar la idea de la dilatación del tiempo o la aplicación del Factor de Lorentz para deducir la referida Fórmula?...

OBSERVACIÓN  

La primitiva de la expresión:


es (c). 

Hemos utilizado diferenciales parciales  que nos permiten elegir el sentido o criterio de integración, a nuestra conveniencia. 

Así podemos escoger la velocidad (v) o la cantidad de movimiento (m.v).